Efraín Gómez es un hombre que a través de los años se ha convertido en un defensor de la fotografía análoga, amante del cuarto oscuro, del negativo y de los carretes. Este laboratorista y artesano de la imagen conversó desde su lugar de creación con Fótografo No Fotógrafo.
Con tan solo 12 años de edad inició su trabajo en la fotografía, primero como mensajero y después, de la mano de una de sus jefes, conoció el cuarto oscuro, ese lugar en el que se enamoraría del laboratorio químico hasta el día de hoy.
Efraín recuerda con melancolía los días que por su tienda ‘Poder Fotográfico’, ubicada en el centro de la ciudad de Bogotá, no había tiempo para descansar pues allí llegaban decenas de trabajos encargados por revistas, ministerios, fotógrafos aficionados y profesionales que lo buscaban por la perfección de su labor: «si el cliente pagó por algo hay que hacerlo muy bien», nos dice mientras estamos bajo la luz roja del cuarto oscuro donde rememora esos días de trabajo desmedido. Sin embargo, hoy pocas personas llegan a la tienda que pasó de tener 14 empleados a sólo uno, él, quien se encarga de todos los trabajos.
Por las manos de este artesano de la imagen han pasado las fotografías de grandes fotógrafos nacionales e internacionales como Leo Matiz, Manuel H, Carlos Caicedo y Nereo López, entre otros. Recientemente el fotógrafo estadounidense Stephen Ferry, trabajó de la mano de Efraín en el revelado de ‘Violentología’, libro que documenta el conflicto interno armado en Colombia.
Efraín Gómez también es un critico de la inmediatez de la fotografía digital y de las escuelas de la imagen: «las academias no quieren hacer nada, no quieren comprar químicos, no quieren comprar equipos y no le quieren pagar a fotógrafos buenos. Y no van a tener fotógrafos buenos en las universidades porque los grandes fotógrafos no fueron a la academia, ellos se hicieron solos… trabajando», sostiene con firmeza.
«Con una cámara de película hay que pensar, hay que exponer, hay que encuadrar, hay que medir y sobre todo, hay que pensar», es una de las enseñanzas que nos regala Efraín y con la cual les invitamos a ver este corto documental sobre el trabajo de un hombre que a través de los años, y pese a las grandes dificultades económicas, le apuesta su vida entera a la fotografía análoga.
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