Cerré los ojos y me lancé. Pero uno, si tiene la dicha o la desgracia de ser fotógrafo, no puede cerrar los ojos, así que los abrí bien y me dediqué a hacer mi trabajo lo mejor que pude” Hernán Díaz. Con esta frase inició el recorrido de F.N.F por la exposición del primer fotógrafo colombiano en participar en una muestra de arte, quien según la critica ha sido el más destacado fotógrafo durante la segunda mitad del siglo XX en Colombia
Su nombre es Hernán Díaz , fotógrafo tolimense que inicio su amor por la fotografía desde muy joven, gracias a su padre otro apasionado por la fotografía. Estudio en el Westport Famous Photographers School y tuvo como profesor a un grande de la fotografía, Richard Avedon.
Comenzó trabajando en la revista Cromos en la que presentaba su publicación «Encuentros con Hernán Díaz» y luego fue expandiendo su trabajo a otros medios, pero el salto y el impulso a ser reconocido lo obtuvo gracias a una publicación en el periódico The Christian Science Monitor en 1961.
Fue invitado a trabajar con Life, una de las revistas de fotografía más reconocidas en ese momento y gracias a ella también realizó trabajos para la revista Time sin embargo fue muy corto su trabajo en esta revista, luego que le encargaran fotografiar unos campesinos decapitados por la guerrilla en Caicedonia, hecho por el cual tiempo después el Hernán expresó “Ante la macabra escena comprendí que debía dedicarme a fotografiar gente viva«, y así lo hizo a lo largo de su historia en la fotografía, en la que se destacó por sus retratos, un artista que con sus imágenes dejaba clara su parte humana y sensibilidad ante la vida.
Sobre la personas y sobre sus retratos así se refería Hernán: “Yo quiero a la gente. El paisaje no me emociona como materia de arte, o casi no. ¿Saben por qué? Porque el paisaje no se va, siempre está ahí. En cambio los hombres mueren, y yo no quiero que mueran. Por eso, en algún sentido, mi amor al ser humano, mi admiración a la belleza del ser humano, me empujan desde el fondo de ese amor, a luchar contra su extinción, contra su muerte. Quiero que permanezca, y una forma de lograrlo, de vencer lo imposible, es con el retrato. Es mi humilde homenaje a la vida. Allí queda el hombre en su efímera inmortalidad de cartón, luchando desesperadamente contra el aniquilamiento”
Hernán Díaz, no abandonaba su cámara Leica, ésta parecía una extensión de su cuerpo, con ella fotografío la naturaleza, las personas, las situaciones cotidianas de las grandes ciudades como Cartagena y Bogotá. Lugares en los que pasaba la mayor parte de su tiempo. Entre sus trabajos más conocidos se encuentra la joven negra (Persides), o los libros Cartagena morena, Cartagena de siempre, Las fronteras azules de Colombia, Retratos. Un fotógrafo que dejó un legado muy grande en la fotografía colombiana.
Fotógrafo que en los años sesenta fundó Memorabilia, la primera tienda galería de fotógrafos de arte que existió en el país, docente de fotografía y un enamorado por la humanidad y la naturaleza.
Un hombre que odiaba el retoque en la fotografía, que buscaba una composición limpia y que dejaba de manifiesto en sus retratos la cercanía con el retratista Richard Avedón.
El trabajo y la vida de este destacado fotógrafo que murió a la edad de 78 años a causa de una enfermedad pulmonar se puede visitar en la biblioteca Luis ángel Arango en Bogotá, en la Exposición Hernán Díaz, revelando retratos, sesiones y hojas de contacto.
Fotógrafo No Fotógrafo, hace la invitación a visitar el trabajo de este maestro de la fotografía y a indagar mucho más sobre su legado.
Invitados a leer este bello reportaje de Gonzalo Arango en la revista Cromos de 1966.
Y no podemos irnos sin leer estas acertadas y francas palabras que nos dejo Díaz. «Le voy a decir algo: en arte todo lo que está bien hecho parece fácil. Cuando usted vaya a hacer algo, observe una regla: «Hágalo bien desde el principio» No diga » Yo voy arreglar esto por el camino». Si no está contento, retroceda y vuelva a hacerlo. Por otra parte, no importa que tan malo sea usted, que tan malas seas sus fotos, que tan mala técnica tenga, o que cara le pongan los otros, si una cosa sale, como usted la esperaba, está bien hecha y tiene un ingrediente extrañísimo: que está bien hecha para todos porque hubo seguridad en lo que usted estaba haciendo: Hernán Díaz
Con información tomada del libro Retratos, prólogo Eduardo Serrano
Foto de portada: Fredy Gómez